Escepticismo caleño frente a ferias de empleo prometedoras

Entre ofertas temporales y falsas ilusiones, vecinos dudan de eventos que prometen trabajo digno y rápido

Buscando trabajo / Foto IA

Un jueves, en el Coliseo El Pueblo de Cali, Daniela López madrugó con doce hojas de vida impresas y la esperanza de salir con un trabajo. La feria “Más Empleos Cali” ofrecía 1.500 vacantes en logística, ventas y call center. Tres horas después, Daniela volvió a su casa en El Porvenir con la misma carpeta, un par de códigos QR para “aplicar en línea” y la certeza de que las ferias de empleo prometen más de lo que cumplen. ¿Por qué tanta desconfianza? ¿Qué siente la gente cuando busca trabajo y solo encuentra puertas entreabiertas?

Las ferias de empleo se han convertido en vitrinas bien maquilladas donde el ciudadano de a pie termina sintiéndose número, no persona. El discurso oficial celebra cifras de recuperación laboral –Cali presume la tasa de desempleo más baja en 19 años, 9,7 % entre febrero y abril–, pero esas estadísticas chocan con la frustración de miles que salen de los recintos sin una llamada, sin feedback y con la sensación de haber sido parte de un show.

Promesas sobredimensionadas
Los anuncios hablan de miles de vacantes, pero adentro el panorama es distinto. De los 30 stands anunciados, apenas 18 se presentan; muchos solo recogen datos para bases de talento que pocas veces revisan. Según funcionarios de la Alcaldía, la feria de abril “conectó” a 1.400 caleños con oportunidades, pero el mismo boletín reconoce que solo 280 perfiles avanzaron a entrevista. Una conversión del 20 % deja expectativas rotas en el 80 % restante.

Oferta poco atractiva
En la práctica, los puestos más abundantes son de salario mínimo o por prestación de servicios: call center, vigilancia, ventas puerta a puerta. “Siempre lo mismo: temporal y mal pago”, se queja Felipe Torres, bachiller con experiencia en logística. Para muchos profesionales o técnicos, los cargos no corresponden a su formación; para quienes carecen de estudios, las pruebas psicotécnicas y filtros digitales los descartan antes de empezar.

Procesos opacos
El sistema de “entregar HV y esperar llamada” alimenta la idea de que todo está arreglado. Una encuesta nacional reveló que 81 % de los jóvenes colombianos preferiría irse del país ante la falta de oportunidades reales. Esa cifra refleja no solo la crisis laboral sino la desconfianza en los mecanismos de contratación locales.

Falta de seguimiento
Pasadas las luces de la feria, son escasos los reportes públicos sobre cuántos contratos se firman y cuánto duran. Sin transparencia, la iniciativa se vuelve marketing institucional.

  • Conversión real: cálculos de la Secretaría de Desarrollo indican que, de las 34.400 nuevas plazas creadas en Cali entre enero y abril, solo 7 % provino de ferias de empleo.
  • Duración de los contratos: estudios del Observatorio Laboral regional señalan que 6 de cada 10 contratos gestionados en ferias duran menos de seis meses; la mitad son por outsourcing.
  • Percepción ciudadana: en grupos de WhatsApp barriales circulan advertencias del tipo “No gastes pasajes, son las mismas vacantes de siempre”. La experiencia negativa se viraliza más que los pocos casos de éxito.

Testimonios

  • “Piden experiencia de un año para limpiar pisos, ¿cómo voy a tenerla si nadie me contrata?”Lida Vásquez, 24 años, residente en Potrero Grande.
  • “Uno sale pensando que perdió el día. Ofrecen 1 300 000 pero en contrato dicen ‘salario base 900 000 + comisiones’”Diego Rincón, técnico en sistemas.

Las ferias de empleo seguirán siendo vitrinas vacías mientras:

  1. No exista transparencia posevento (cuántos contratos firmados, con qué condiciones y duración).
  2. La oferta no se diversifique hacia empleos formales y acordes con la demanda real de los barrios.
  3. El Estado y las empresas no acompañen con capacitación previa —orientación vocacional, habilidades blandas, alistamiento digital— para que el candidato llegue con oportunidades reales de éxito.

Es hora de repensar estos encuentros: menos tarimas y discursos, más resultados verificables. Cuando el vecino vea que su compañero sí firmó contrato, que el proceso fue transparente y que además existe un seguimiento, el escepticismo caerá por su propio peso. Hasta entonces, las ferias de empleo serán percibidas como ferias de ilusiones.

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