¡Silencio, por favor! Descubre cómo el ruido afecta tu bienestar físico y emocional

En Cali, el ruido es la principal causa de denuncias por molestias ambientales por parte de las comunidades.

Foto tomada del DAGMA

Según la definición original de la Real Academia Española, el ruido es un sonido inarticulado que suele ser desagradable. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el ruido es un fenómeno que se percibe de manera subjetiva, lo que significa que su interpretación puede variar de una persona a otra. Diversos factores, como la edad, el entorno y la sensibilidad fisiológica, pueden influir en la forma en que se percibe el ruido.

Aunque solemos confundir los términos ruido, sonido y volumen, es fundamental comprender que se refieren a conceptos muy distintos. Por ejemplo, el sonido relajante de la caída de agua en una cascada y el ruido estridente del claxon de un vehículo pueden tener el mismo nivel de volumen, que es de 80 decibelios (dB). Esta diferencia relativa entre sonido y ruido es la principal causa de denuncias por molestias ambientales por parte de las comunidades. Los efectos negativos del ruido están relacionados con la audición, el sistema nervioso vegetativo, la salud mental, la comunicación oral, el sueño y el rendimiento.

Foto tomada del DAGMA

La exposición prolongada a sonidos de alta intensidad puede tener consecuencias negativas para la salud auditiva, independientemente de si se perciben como agradables o no. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 80% de las personas que viven en áreas urbanas están expuestas diariamente a niveles de ruido que superan los límites saludables. Además, más de mil millones de personas entre las edades de 12 y 35 años corren el riesgo de sufrir pérdida auditiva debido a la exposición prolongada a música fuerte y otros sonidos recreativos demasiado elevados.

“El ruido puede ser subjetivo en términos de su impacto en el bienestar y la calidad de vida de las personas. Lo que puede ser ruido para una persona, puede no serlo para otra. Eso depende de factores como el contexto en el que se produce y la sensibilidad a la presión sonora individual. El respetar el derecho a la tranquilidad y el descanso del otro, es clave para solucionar los problemas a la convivencia y la salud que genera la mala práctica ambiental de hacer ruido”, argumenta Álvarez.

Es esencial que la comunidad identifique la fuente que genera el ruido y presente una denuncia ante la autoridad correspondiente para obtener una solución efectiva a su problema.

Foto tomada del DAGMA

Si el ruido se produce por espectáculos públicos, establecimientos comerciales y de servicio, como discotecas, bares, restaurantes, cerrajerías o centros religiosos, se debe contactar al Dagma a través de la línea fija 602 660 68 83, el whatsapp 350 583 45 64 o el correo electrónico contactenos@cali.gov.co.

En caso de que el ruido se genere por dispositivos utilizados en vehículos, como bocinas, resonadores o chivas rumberas, se debe informar a la Secretaría de Movilidad Distrital a través de la línea 127 o el correo electrónico contactenos@cali.gov.co.

Si el ruido lo generan vecinos que hacen fiestas, actividades domésticas, vendedores ambulantes o estacionarios que usan equipos de amplificación, se debe contactar con la Policía Metropolitana a través de la línea 620 882 61 49 o marcando 123. En algunos casos, el ruido se produce por actividades, aparatos o equipos que no afectan el espacio público pero sí a otros predios colindantes, como el ruido que se percibe al interior de una vivienda que proviene de un establecimiento comercial o una empresa a través de las paredes internas. En este caso, se debe contactar con la Secretaría de Salud Pública Distrital a través de la línea 602 887 90 20 o el correo electrónico contactenos@cali.gov.co

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