LA EMPERATRIZ OBSESIONADA CON S3X0 0R4L

Escrito por: Ángel Moreno llatjos

Wu Zetian emperatriz de China, cuyas ansias de poder y conquista, así como sus apetitos eróticos y sexuales pasaron a la posteridad.

En las exóticas tierras de esta antigua civilización, ocurrió uno de los hechos más singulares de la historia. El mandato de la emperatriz Wu Zetian en China, no se caracterizó por ser el único de una mujer en una de las naciones más grandes y poderosas del Mundo, sino que además destacó por su voraz apetito de poder y también sexual.

En 638 A.C, al cumplir los 14 años fue reclutada como concubina en la corte imperial, y la admisión al harem del emperador Taizong «era equivalente a ganarse un sorteo millonario de Baloto». Aunque suena muy bien, su rango no era apenas muy distinto ni mucho más importante que el de una sirvienta doméstica.

Sin embargo, además de una mujer hermosa, era también inteligente y educada, y supo aprovechar la oportunidad para acercarse al emperador Taizong, el segundo de la dinastía Tang.

Se dedicó a eliminar a sus rivales, mató a su hermana, masacró a sus hermanos, asesinó a su emperador y envenenó a su madre.

A la muerte de Taizong, Wu fue internada en el monasterio budista de Ganye, como marcaba la tradición, y más tarde Gaozong, hijo de Taizong y de quien se dice que ya había tenido relaciones con Wu y que estaba completamente enamorado de ella, fue quien la llamó al palacio para convertirla en la concubina favorita.

Imagen tomada de Mundo Maravilla YouTube

Posteriormente se casó con Gaozong y relevó a sus propios hijos por ineptos e incapaces, además de esperar más de 40 años para autoproclamarse emperatriz de China en el 690 A.C. a sus 65 años de edad.

Una de las muchas extravagancias que rodearon a la emperatriz en este periodo fue que estableció un decreto real donde debía practicarle sexo oral todo aquel que cuestionase su poder (tengo que reconocer que me parece un buen manifiesto y que yo hubiese hecho lo mismo). Wu Zetian llevó a todos sus dignatarios y a los altos funcionarios y visitantes a rendirle un homenaje en lo que se denominó en el imperio «lamer el estambre de loto» (si, lo sé, el nombre tiene delito), como una muestra de su superioridad sobre los hombres. Incluso, teniendo más de 80 años, tuvo un harén con decenas de jóvenes atractivos quienes estaban encargados de aliviar sus bajos instintos a lametones. Y obligó durante todo su mandato a quien se oponía a su gobierno o decretos a practicarle sexo oral como señal de su superioridad.

Tras un golpe de Estado perpetrado en el año 705 A.C., la emperatriz fue obligada a abdicar para luego retirarse y fallecer en diciembre de ese mismo año debido a su avanzada edad y con la entrepierna más relamida que el bebedero de un rottweiler.

Escrito por: Ángel Moreno llatjos

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